miércoles, 16 de julio de 2014

Que no te pille la ola de calor

En los últimos días, estamos notando que las temperaturas se están incrementando notablemente. Nada raro si tenemos en cuenta que nos encontramos a mediados de Julio y que éste es el tiempo que debe hacer en esta época del año. 



Sin embargo, lo que sí es cierto es que este calor ha venido de golpe. En las últimas semanas las temperaturas han sido más bien suaves y es posible que este calor nos haya cogido un poco desprevenidos. De ahí que podamos sufrir algunas consecuencias debidas a estas altas temperaturas, especialmente aquellas personas más sensibles al calor (ancianos, enfermos crónicos, niños y bebés, mujeres embarazadas).

Los trastornos producidos por el calor son el resultado del fracaso de los mecanismos fisiológicos que mantienen la temperatura corporal ante una sobre carga de calor interna o ambiental. Estos trastornos llevan asociados los siguientes síntomas:

  • Agotamiento por deshidratación: sed intensa, cefalea, vértigo, cansancio, irritabilidad, hipotensión, taquicardia e hiperventilación. 
  • Calambres: debido a la pérdida de sales y electrolitos.
  • Síncope: vahído, visión borrosa y tambaleo postural.
  • Golpe de calor: aparece cuando el organismo pierde el control de la temperatura corporal que sube por encima de los 40,5º. Lleva asociado cese de la sudoración, cefalea, mareo, confusión, taquicardia, piel caliente y seca, inconsciencia y convulsiones.


Recomendaciones generales para la Ola de Calor en población general:

1. Protegerse del calor: se debe evitar salir a la calle en las horas centrales del día (12:00-16:00 h), ya que a estas horas la incidencia solar es mayor y las temperaturas adquieren valores más altos. Siempre que sea posible se debe permanecer a la sombra y evitar hacer esfuerzos bajo el sol. La cabeza se debe cubrir con un gorro y se deben llevar ropas ligeras y de color claro. En las casas es conveniente echar toldos y bajar persianas para evitar que el calor pueda entrar en las viviendas.

2. Mantenerse fresco: se debe beber bastante agua (al menos dos litros al día) y de forma frecuente con el fin de mantenerse hidratado y evitar bajadas de tensión por pérdida de sales a través de la sudoración. Es conveniente ducharse frecuentemente con agua más bien templada, tirando a fría. No es recomendable ingerir alcohol, bebidas con cafeína y comidas excesivamente calientes. Aumentar el consumo de frutas de verano y verduras (gazpachos ligeros y ensaladas frías) para mantener el nivel salino de nuestro organismo. En caso de no disponer de aire acondicionado o de un lugar fresco en las viviendas, se recomienda acudir durante dos o tres horas a un lugar refrigerado cercano (centro comercial, biblioteca, centro de mayores).



Recomendaciones específicas para la Ola de Calor en ancianos:

  • Evite salir a la calle en las horas centrales del día.
  • Permanezca en lugares frescos y, a ser posible, refrigerados.
  • Beba agua de manera frecuente aunque no tenga sed.
  • Incremente la ingesta de frutas de verano y verduras.
  • No interrumpa su medicación sin consultar antes con su médico. Si nota que algo no va bien, contacte con su médico y/o farmacéutico para valorar la situación.
  • Si se nota indispuesto, contacte con un pariente o vecino.
  • Si tiene más de 65 años y vive solo, es recomendable que contacten con usted al menos dos veces al día. 
Recomendaciones específicas para la Ola de Calor en caso de estar tomando medicación:

Las altas temperaturas son un factor a tener en cuenta por su posible influencia en terapias farmacológicas prolongadas en el tiempo y en pacientes polimedicados, especialmente de edad avanzada. Estos son algunos de los medicamentos a tener en cuenta en caso de una ola de calor:
  • Medicamentos que provocan alteraciones de la hidratación y electrolíticos (sales): los diuréticos, en particular diuréticos del asa (furosemida, torasemida, etc.).
  • Medicamentos susceptibles de alterar la función renal: 
    • Antiinflamatorios no esteroideos (AINES): aspirina, ibuprofeno.
    • Inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina (IECA): captopril, enalapril.
    • Antagonistas de los receptores de la angiotensia II: losartán, irbesartán.
    • Algunos antibióticos: sulfamidas.
    • Algunos antivirales: indanavir.
    • Inhibidores de la renina: aliskireno.
    • Antagonistas de la aldosterona: espironolactona.
    • Medicamentos nefrotóxicos: aminoglucósidos, ciclosporina, tacrolimus, productos de contraste yodado, etc.
  • Medicamentos con un perfil cinético que puede ser alterado por deshidratación:
    • Sales de litio.
    • Antiarritmicos.
    • Digoxina.
    • Antiepilépticos: topiramato.
    • Algunos antidiabéticos orales: biguanidas y sulfamidas.
    • Hipocolesterolemiantes: estatinas y fibratos.
  • Medicamentos que pueden impedir la pérdida calórica del organismo:
    • Antidepresivos.
    • Antihistamínicos H1 de primera generación: difenhidramina.
    • Algunos antiparkinsonianos.
    • Algunos antiespasmódicos.
    • Neurolépticos: haloperidol, risperidona.
    • Vasoconstrictores periféricos: pseudoefedrina.
Es muy importante que no se suspenda la medicación por voluntad propia, ni se automedique ante la presencia de nuevos síntomas. Si se nota que algo no va bien, se debe acudir al médico y/o farmacéutico para valorar la situación. Siempre, y ante cualquier emergencia, recurrir a los servicios médicos del 112. 



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