lunes, 26 de mayo de 2014

Un picor muy molesto

Uno de los problemas de salud que más afecta a las mujeres, sobre todo con la llegada del buen tiempo (piscina, playa) es la Candidiasis. Una infección vaginal provocada por el virus Candida albicans, una infección no demasiado grave pero sí muy molesta. La mayoría de las mujeres padecen un episodio de candidiasis a lo largo de su vida.

Este hongo es muy común y se suele encontrar de forma regular en pequeñas cantidades en la mucosa vaginal, la boca, el tubo digestivo y la piel. La mayoría de las veces no provoca infecciones ni cursa con ningún tipo de sintomatología.

Estos microorganismos suelen habitar en consonancia con el resto de nuestro organismo sin causar mayores problemas. Sin embargo, en ocasiones se vuelven oportunistas, crecen, se multiplican y terminan derivando en un cuadro infeccioso. ¿Qué situaciones pueden derivar en esta enfermedad? Todas aquellas situaciones que comprometan nuestro sistema inmunitario. Tal es el caso de estar en tratamiento con antibióticos que puedan atacar nuestra flora natural de defensas, estar embarazada, ser diabético o padecer de obesidad.

A pesar de lo que se pueda pensar, una candidiasis vaginal no se disemina a través del contacto sexual. Sí es cierto que el hombre, si mantiene relaciones sexuales con una mujer que esté infectada de candidiasis, puede padecer en el pene prurito (picor) y erupciones (granitos) tras el acto sexual. Pero no significa que se haya contagiado. Para evitar estas posibles molestias, se recomienda que, a la hora de mantener relaciones sexuales con una persona con candidiasis, se utilice el preservativo como método barrera.

Los síntomas más característicos de la candidiasis son:
·      Flujo vaginal anormal: flujo blanco, espeso y abundante.
·      Ardor y prurito en los labios y la vagina.
·      Relaciones sexuales dolorosas.
·      Micciones dolorosas.
·      Enrojecimiento e inflamación de la piel en la vulva.

Ante una candidiasis vaginal el tratamiento a seguir es aplicar un antimicótico, es decir, un medicamento que ataque directamente a este hongo. En los casos más leves es suficiente con aplicar una crema tópica directamente en la vagina. Los casos más graves requieren de tratamiento vía oral. Entre las moléculas más utilizadas se encuentran Clotrimazol, Miconazol, Tioconazol y Butoconazol.

En los últimos tiempos se ha demostrado la eficacia de aplicar probióticos con el fin de incrementar las defensas propias de nuestro organismo en la zona afectada. Estos probióticos tienen como misión reforzar la flora vaginal que actúa de barrera y defensa natural de nuestro organismo.

Los Laboratorios DHU han desarrollado Pearls YB cuidado íntimo. Este preparado promueve la salud vaginal reforzando la flora propia de nuestro organismo. Está indicado en el caso de candidiasis vaginal.

Su modo de empleo es una cápsula al día. Al no llevar lactosa ni sacarosa, es apto para pacientes con intolerancia a la lactosa y diabéticos.



Los Laboratorios Pileje han desarrollado Lactibiane Candisis, un preparado ideal para la prevención de la candidiasis. Ayuda a inhibir la adhesión del hongo a la pared de la mucosa vaginal así como a evitar su proliferación.

Se aconseja tomar dos cápsulas al día durante diez días. Después bajar la dosis a una cápsula al día, y renovar tratamiento si es necesario. Las cápsulas se deben tomar antes de las comidas con un gran vaso de agua.





martes, 20 de mayo de 2014

Ataque directo a la temida celulitis

Nos encontramos a las puertas del verano y la operación bikini está en marcha. Además de conseguir un peso saludable acorde a nuestra complexión, nuestra piel debe lucir sana y radiante ante estas futuras fechas. Al despojarnos de las vestiduras del invierno, van a apareciendo en nuestros muslos y abdomen pequeños bultitos antiestéticos y una piel ligeramente engrosada poco favorable. La temida celulitis está aquí.

¿Por qué aparece la celulitis? Existen varios factores determinantes que nos pueden hacer sufrir de celulitis. En primer lugar parece estar demostrado que las mujeres de raza blanca son más propensas a padecerlo. Hábitos de vida poco saludables también son factores que predisponen a nuestra piel a tener celulitis. El sedentarismo, el tabaco, la obesidad y una mala circulación hacen que nuestra piel se vuelva más vulnerable y retenga líquidos haciendo que el tejido graso de la zona de los muslos y abdomen se presente en modo rugoso y con bultitos (la llamada piel de naranja).


El anticelulítico es aquella crema destinada a atacar la antiestética celulitis. Su acción se debe gracias a sus componentes. Entre los ingredientes que pueden tener los anticelulíticos, los más efectivos son:
  • El ruscus y el castaño de indias favorecen la circulación sanguínea, evitando así la retención de líquidos.
  • La cafeína parece tener una acción lipolítica actuando así a nivel de las grasas.
  • La forskolina actúa igual que la cafeína pero con una acción más potente.
  • La carnitina también es lipolítica.
  • El fucus es un conocido activador metabólico.


Los anticelulíticos más modernos llevan en su composición colágeno, ácido hialurónico y mucopolisacaridos que aportan firmeza, elasticidad y tonicidad a la piel.


      Cuando te apliques la crema anticelulítica trata de realizar un masaje en sentido ascendente sobre la zona afectada. Es conveniente que lo hagas así teniendo en cuenta que la circulación venosa va en sentido ascendente en contra de la gravedad. Si masajeas hacia arriba estarás ayudando a favorecer la circulación de la sangre. No es necesario presionar con fuerza sobre la piel cuando se esté aplicando el producto.

      Si la crema indica que es conveniente aplicarla en un momento concreto del día, hay que hacer caso a la prescripción. Sin embargo, si el envase no incluye ninguna recomendación, lo conveniente es aplicarla después de la ducha. Nunca se debe aplicar la crema anticelulítica antes de ducharse.

      Para conseguir resultados satisfactorios, lo fundamental con este tipo de tratamientos es la constancia.


lunes, 12 de mayo de 2014

Disfruta del sol sin dejarte la piel

Las radiaciones solares están compuestas por radiaciones UV e infrarrojos. Este tipo de radiaciones presentan unos efectos beneficiosos para nuestra piel, como es la producción de Vitamina D. Sin embargo, si esta exposición no la hacemos de forma adecuada, bajo un marco de protección, nuestra piel puede sufrir una serie de alteraciones (quemaduras solares, manchas, arrugas) que, a la larga, pueden derivar en graves problemas de salud.

Un exposición al sol adecuada implica la utilización de un fotoprotector acorde al fototipo de nuestra piel. Cada fotoprotector lleva implícito un índice de protección o también llamado Factor de Protección Solar (FPS). El FPS nos indica el número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa natural de la piel frente al eritema o enrojecimiento previo a la quemadura solar.


Los fotoprotectores van a proteger nuestra piel de la radiación solar gracias a que en su formulación llevan una serie de filtros que bloquean el efecto negativo de las radiaciones. ¿Qué tipo de filtros solares llevan los fotoprotectores? En el mercado existen los siguientes tipos de filtro solar:
  • Filtros físicos: reflejan la luz evitando la penetración de los rayos solares. Bloquean las radiaciones UV, IR y luz visible. Algunas marcas comerciales identifican a este tipo de filtros como "efecto pantalla total". Entre este tipo de filtros se encuentran el dióxido de titanio y óxido de zinc. Actúan como un polvo inerte o como un pigmento mineral. Son sustancias inertes e inocuas, con un 100% de estabilidad. Presentan un amplio espectro de protección, lo que les hace ser los elegidos para proteger las pieles más sensibles (niños menores de 3 años, personas con dermatitis atópica, pieles alérgicas, etc.). Al principio su textura era bastante engorrosa, pero los laboratorios están mejorando esta inconveniencia haciendo filtros físicos mucho más agradables de aplicar.
  • Filtros químicos: absorben la radiación UV al captar la energía de los rayos y retenerla. Entre los componentes principales destacan el PABA (UVA-B), Alcanfor (UVA-B), benzofenona (UVA-A), entre otros. En la actualidad se utilizan fórmulas combinadas o derivados del bencilidencanfor, conocido como Mexoryl SX. Debido a la capacidad de absorción de este tipo de filtros, muchas personas desarrollan reacciones de sensibilidad a estos componentes. De ahí que su uso esté disminuyendo y no se recomienden para personas con la piel sensible y reactiva. 
  • Filtros organo-minerales: se consideran de nueva generación y una mezcla de los dos primeros. Son capaces de absorber ciertas ondas y de reflejar parte de la dosis inicial de los rayos solares. Presentan menos inconvenientes que los químicos ya que son insolubles, al no absorberse no generan las reacciones de sensibilidad que crean los filtros químicos. Entre los componentes se encuentran los derivados de Benzotriazol (Mexoryl XL o Tinosorb M).
  • Filtros biológicos: su objetivo principal es evitar la formación de radicales libres derivados de la acción de los rayos solares en la piel. Por lo tanto son antioxidantes potentes como las vitaminas A o E. Entre los componentes más utilizados se encuentran el ácido ascórbico, pantenol, zinc y el magnesio.


Según los excipientes con los que estén formulados los fotoprotectores, podrán mantenerse más o menos adheridos a la piel tras el baño. Las siliconas suelen ser los componentes ideales para que el fotoprotector mantenga su eficacia en el agua. Existen dos clasificaciones según la capacidad de resistencia en el agua:
  • Water Resistant: el límite de eficacia del fotoprotector para este tipo de productos en el agua es de 40 minutos. 
  • Very Water Resistant: la protección de estos preparados en el agua es de 80 minutos.
A pesar de esta capacidad de resistencia en el agua, conviene recordar que debemos renovar el fotoprotector cada dos horas y siempre después del baño.

Descubre la gama solar de Bioderma, una línea de fotoprotección ideal para toda la familia. Su variedad de productos hace que exista un preparado para cada tipo de piel.