miércoles, 30 de julio de 2014

Consejos para que el exceso en vacaciones no nos pase factura en Septiembre

Estamos a punto de terminar Julio y eso significa que estamos a las puertas de las vacaciones. En Agosto vamos a hacer un pequeño parón estival para descansar, coger fuerzas y tener energías renovadas para la vuelta al cole. Pero no queremos despedirnos sin antes daros un nuevo consejo para que estas vacaciones sean lo más saludables posibles.

En vacaciones es normal que cambiemos nuestro ritmo. Se alteran las horas de sueño y el horario de comidas también es diferente al del resto del año. Solemos ser más flexibles con lo que comemos y dejamos un poco de lado la dieta que tan estrictamente hemos llevado el resto del año. También es muy frecuente que caiga algún que otro exceso en nuestras comidas y bebidas. Por eso es muy normal que, tras las vacaciones, nos encontremos con la terrible presencia de unos cuantos kilos de más en nuestro cuerpo.

Como no queremos que eso suceda, a continuación os vamos a dar con detalle una serie de consejos para que estas vacaciones no nos supongan una carga en nuestro cuerpo. Si no queréis regresar en Septiembre con unos kilitos de más, os recomendamos lo siguiente:

1. Comidas más ligeras: en verano no nos apetece tomarnos un cocido o un buen plato de fabada. Debemos aprovechar las frescas ensaladas y las frutas de verano que, además de ser deliciosas, son muy refrescantes y nos van a aportar un extra de hidratación. Con el calor nuestro cuerpo va a tener mayores dificultades a la hora de digerir comidas copiosas, por eso es importante tomar platos ligeros como son las ensaladas. Únicamente deberemos tener cuidado con las salsas que podemos añadir a estas ensaladas ya que, por regla general, estas salsas aportan un exceso de calorías a nuestra dieta. Es mejor que aliñemos estas ensaladas con un buen aceite de oliva virgen extra y vinagre o limón, al gusto. Tampoco debemos abusar de la sal en este tipo de comidas, ya que no sólo nos va a subir la tensión arterial, sino que va a provocar una posible deshidratación en nuestro cuerpo que va a tratar de eliminar este exceso de sal incrementando la sudoración y perdiendo agua sin que nos demos cuenta.



2. Lista de la compra con cabeza: como ya hemos dicho, en verano nos relajamos a la hora de hacer la compra y se nos pueden antojar muchos pequeños placeres que nos pueden suponer algún que otro disgustillo. Es importante que a la hora de ir a comprar al supermercado, lo hagamos sin hambre ya que, de lo contrario, terminaremos comprando muchas "chucherías" que van a ir directas a nuestras cartucheras. Es mejor que hagamos una lista de la compra antes de salir de casa y que nos ciñamos a ella.

3. Comidas fuera de casa: es muy habitual en esta época del año que se hagan muchas comidas y cenas en bares y restaurantes. La cervecita bien fría con una tapita acompañándola, es un clásico del verano. No tenemos por qué renunciar a este pequeño placer. Lo que sí debemos hacer es no abusar de ello.

4. Beber agua: si es importante beber agua durante todo el año, en verano mucho más. Gracias al agua, y a través de la sudoración provocada por las altas temperaturas, nuestro cuerpo irá eliminando todas aquellas toxinas que no necesita. Además, gracias a este aporte de hidratación, nuestra piel lucirá radiante y con firmeza.



5. Ejercicio: sabemos que con el calor hacer deporte puede ser un poco complicado. No debemos abandonar nuestra rutina de ejercicio que hacemos durante todo el año, en vacaciones. Obviamente lo que no se debe hacer es salir a hacer ejercicio a las horas centrales del día. Eso sería una locura. Pero sí podemos aprovechar a primera hora de la mañana, o al caer el sol, para dar pequeños paseos a la orilla del mar o paseos en bicicleta por el paseo marítimo.



Es importante seguir estos consejos para mantenernos en forma, no abandonar nuestra rutina de forma brusca y facilitar así que la vuelta a la normalidad tras las vacaciones no nos suponga una carga extra para nuestro cuerpo.

Tras este último consejo, queremos desearos unas muy felices vacaciones y deciros que nos vemos a la vuelta en Septiembre. ¡FELIZ VERANO, FELICES VACACIONES!


martes, 22 de julio de 2014

Ufffff como pica...

En verano es muy frecuente que nos salgan pequeños sarpullidos o eczemas que si bien no revisten gravedad (al menos al principio), sí son muy molestos y nos pueden hacer pasar malos ratos. Los eczemas en verano son una de las principales consultas de mostrador en la farmacia. Algunos tienen una causa muy clara (picadura de medusa o de insectos) y otros no tanta (sarpullidos por el roce o por el calor). 

Un sarpullido es una afección de la piel que se presenta irritada o inflamada. La zona afectada se presenta enrojecida, hinchada, con prurito o picazón, con escamas, costras o ampollas. Algunos sarpullidos se desarrollan inmediatamente, otros se forman en el transcurso de varios días. En el caso de que nos rasquemos, su curación se alargará en el tiempo. 

A continuación vamos a pasar a relatar los principales sarpullidos en verano, sus causas y cómo tratarlos. Empezaremos por aquellos que tienen una causa bien localizada:

1. Picadura de medusa: la presencia medusas en nuestras costas en verano es un componente básico en nuestras vacaciones. En todas nuestras playas, en la información expuesta sobre la calidad del agua de baño, siempre se nos informa de si ese día hay un mayor o menor número de las mismas. Debemos estar muy atentos a esta información para evitar bañarnos en caso de que el número de medusas ese día sea elevado.
Los síntomas más característicos tras una picadura de medusa son dolor, ardor, inflamación, enrojecimiento y sangrado. Cuando una medusa nos ha picado, la sensación de dolor y picor son inmediatos. 
El tratamiento a aplicar empieza con un lavado de la zona con suero fisiológico, en caso de no tener suero a mano, puede resultar útil el agua de mar. Aplicar frío durante al menos 15 minutos, pero sin aplicar el hielo de forma directa sobre la picadura, es mejor utilizar paños fríos o bolsas de gel frío. En caso de que queden restos de tentáculo de la medusa, estos se deben retirar con pinzas, no utilizar nunca las manos descubiertas. Como tratamiento farmacológico aplicaremos un antihistamínico para reducir el picor, y un analgésico para el dolor. En caso de que los síntomas no remitan se deberá acudir al médico.

2. Picadura por ortiga: una de las plantas más frecuentes en nuestros campos es la Ortiga, una planta caracterizada por tener unos pelos urticantes que liberan una sustancia ácida que produce escozor o inflamación en la piel. El sarpullido por ortiga aparece de forma casi inmediata tras entrar en contacto la piel con estos pelos urticantes. Tras este roce, si nos rascamos, provocaremos una reacción inmediata caracterizada por sarpullido, enrojecimiento, calor y picor. Por norma general, no reviste mayor gravedad.
El tratamiento a seguir en estos casos consiste en lavar la zona con suero fisiológico, aplicar frío local (nunca hielo de forma directa en la herida) y posteriormente una crema antihistamínica o con corticoides para reducir la inflamación y el picor. Si la lesión no mejora, se debe acudir al médico de forma inmediata, por si el paciente presentara algún tipo de sensibilidad o alergia a este tipo de plantas. 

3. Escocedura o sarpullido por roce: en verano es muy frecuente que caminemos más ligeros de ropa. Además con el baño nuestra piel se encuentra en un estado de humedad un elevado número de horas. Esto hace que nuestra piel roce de manera mayor, sobre todo en la zona de los muslos, provocando que puedan aparecer pequeños granitos (escodedura) que pican y pueden ser un poco molestos. 
Lo mejor en estos casos es prevenir su aparición. Debemos utilizar ropas ligeras que eviten el roce directo piel con piel. Es conveniente mantener esa zona lo más seca posible. Tras el baño debemos secar, sin frotar, las zonas más afectadas evitando así que el roce sea mayor. Una correcta hidratación de la piel también ayuda a prevenir su aparición. 
El tratamiento más habitual para este tipo de sarpullidos requiere en primar lugar una buena limpieza de la zona. Se debe secar con una toalla limpia, sin frotar ni arrastrar, sino que debemos dar pequeños golpecitos en la piel hasta que quede completamente seca. A continuación se debe aplicar una crema que contenga ingredientes que contribuyan a secar la zona, como por ejemplo el Óxido de Zinc. Estas cremas se parecen mucho a las utilizadas para el cambio de pañal en los bebés. Siguiendo estas pautas, el sarpullido debería remitir pasado un cierto tiempo. En caso de persistir o de agravamiento, se debe acudir al médico.

4. Sarpullido por calor: este tipo de sarpullidos es una irritación de la piel ocasionada por el sudor excesivo en un clima caliente y húmedo. Aunque es común en los bebés, también puede aparecer en los adultos. Se produce cuando los conductos de sudor se bloquean, con lo que la piel no transpira quedando el sudor atrapado. Tiene el aspecto de un conjunto de granitos enrojecidos o de pequeñas ampollas. Las zonas más afectadas suelen ser el cuello, la parte superior del pecho, la ingle, debajo de los senos y en los pliegues de los codos.
El tratamiento para este tipo de sarpullidos es bien sencillo. La piel debe estar lo más fresca posible. Tras el baño y el secado (siempre a pequeños golpes, nunca frotando), es conveniente una correcta hidratación que mantenga nuestros poros limpios y abiertos. El sarpullido suele desaparecer tras remitir el calor en la piel, por eso es conveniente mantenerse en un ambiente fresco y seco. No obstante, en caso de no remisión, se deberá acudir al médico para que valore la situación. 

miércoles, 16 de julio de 2014

Que no te pille la ola de calor

En los últimos días, estamos notando que las temperaturas se están incrementando notablemente. Nada raro si tenemos en cuenta que nos encontramos a mediados de Julio y que éste es el tiempo que debe hacer en esta época del año. 



Sin embargo, lo que sí es cierto es que este calor ha venido de golpe. En las últimas semanas las temperaturas han sido más bien suaves y es posible que este calor nos haya cogido un poco desprevenidos. De ahí que podamos sufrir algunas consecuencias debidas a estas altas temperaturas, especialmente aquellas personas más sensibles al calor (ancianos, enfermos crónicos, niños y bebés, mujeres embarazadas).

Los trastornos producidos por el calor son el resultado del fracaso de los mecanismos fisiológicos que mantienen la temperatura corporal ante una sobre carga de calor interna o ambiental. Estos trastornos llevan asociados los siguientes síntomas:

  • Agotamiento por deshidratación: sed intensa, cefalea, vértigo, cansancio, irritabilidad, hipotensión, taquicardia e hiperventilación. 
  • Calambres: debido a la pérdida de sales y electrolitos.
  • Síncope: vahído, visión borrosa y tambaleo postural.
  • Golpe de calor: aparece cuando el organismo pierde el control de la temperatura corporal que sube por encima de los 40,5º. Lleva asociado cese de la sudoración, cefalea, mareo, confusión, taquicardia, piel caliente y seca, inconsciencia y convulsiones.


Recomendaciones generales para la Ola de Calor en población general:

1. Protegerse del calor: se debe evitar salir a la calle en las horas centrales del día (12:00-16:00 h), ya que a estas horas la incidencia solar es mayor y las temperaturas adquieren valores más altos. Siempre que sea posible se debe permanecer a la sombra y evitar hacer esfuerzos bajo el sol. La cabeza se debe cubrir con un gorro y se deben llevar ropas ligeras y de color claro. En las casas es conveniente echar toldos y bajar persianas para evitar que el calor pueda entrar en las viviendas.

2. Mantenerse fresco: se debe beber bastante agua (al menos dos litros al día) y de forma frecuente con el fin de mantenerse hidratado y evitar bajadas de tensión por pérdida de sales a través de la sudoración. Es conveniente ducharse frecuentemente con agua más bien templada, tirando a fría. No es recomendable ingerir alcohol, bebidas con cafeína y comidas excesivamente calientes. Aumentar el consumo de frutas de verano y verduras (gazpachos ligeros y ensaladas frías) para mantener el nivel salino de nuestro organismo. En caso de no disponer de aire acondicionado o de un lugar fresco en las viviendas, se recomienda acudir durante dos o tres horas a un lugar refrigerado cercano (centro comercial, biblioteca, centro de mayores).



Recomendaciones específicas para la Ola de Calor en ancianos:

  • Evite salir a la calle en las horas centrales del día.
  • Permanezca en lugares frescos y, a ser posible, refrigerados.
  • Beba agua de manera frecuente aunque no tenga sed.
  • Incremente la ingesta de frutas de verano y verduras.
  • No interrumpa su medicación sin consultar antes con su médico. Si nota que algo no va bien, contacte con su médico y/o farmacéutico para valorar la situación.
  • Si se nota indispuesto, contacte con un pariente o vecino.
  • Si tiene más de 65 años y vive solo, es recomendable que contacten con usted al menos dos veces al día. 
Recomendaciones específicas para la Ola de Calor en caso de estar tomando medicación:

Las altas temperaturas son un factor a tener en cuenta por su posible influencia en terapias farmacológicas prolongadas en el tiempo y en pacientes polimedicados, especialmente de edad avanzada. Estos son algunos de los medicamentos a tener en cuenta en caso de una ola de calor:
  • Medicamentos que provocan alteraciones de la hidratación y electrolíticos (sales): los diuréticos, en particular diuréticos del asa (furosemida, torasemida, etc.).
  • Medicamentos susceptibles de alterar la función renal: 
    • Antiinflamatorios no esteroideos (AINES): aspirina, ibuprofeno.
    • Inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina (IECA): captopril, enalapril.
    • Antagonistas de los receptores de la angiotensia II: losartán, irbesartán.
    • Algunos antibióticos: sulfamidas.
    • Algunos antivirales: indanavir.
    • Inhibidores de la renina: aliskireno.
    • Antagonistas de la aldosterona: espironolactona.
    • Medicamentos nefrotóxicos: aminoglucósidos, ciclosporina, tacrolimus, productos de contraste yodado, etc.
  • Medicamentos con un perfil cinético que puede ser alterado por deshidratación:
    • Sales de litio.
    • Antiarritmicos.
    • Digoxina.
    • Antiepilépticos: topiramato.
    • Algunos antidiabéticos orales: biguanidas y sulfamidas.
    • Hipocolesterolemiantes: estatinas y fibratos.
  • Medicamentos que pueden impedir la pérdida calórica del organismo:
    • Antidepresivos.
    • Antihistamínicos H1 de primera generación: difenhidramina.
    • Algunos antiparkinsonianos.
    • Algunos antiespasmódicos.
    • Neurolépticos: haloperidol, risperidona.
    • Vasoconstrictores periféricos: pseudoefedrina.
Es muy importante que no se suspenda la medicación por voluntad propia, ni se automedique ante la presencia de nuevos síntomas. Si se nota que algo no va bien, se debe acudir al médico y/o farmacéutico para valorar la situación. Siempre, y ante cualquier emergencia, recurrir a los servicios médicos del 112. 



martes, 8 de julio de 2014

¿Sabes cuál es tu fototipo?

Con la llegada del buen tiempo y el aumento en las horas de luz solar, nuestro cuerpo se ve sometido a un elevado número de radiaciones solares (UVA-A, UVA-B, IR). Esta exposición debe hacerse bajo un campo de fotoprotección con el fin de evitar posibles lesiones (quemaduras solares, arrugas, manchas, pérdida de flacidez) que pueden alterar el estado natural de nuestra piel.

No todas las pieles van a necesitar la misma fotoprotección. Va a depender del fototipo de cada piel. Según ese fototipo, la piel necesitará un factor más o menos alto. Lo que no cabe olvidar es que, sea como sea el tipo de piel, siempre debemos exponernos al sol bajo protección.

¿Qué es el Factor de Protección Solar (FPS)? El FPS nos indica el número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa natural de la piel frente al eritema o el enrojecimiento previo a la quemadura. Este dato figura en todos los envases de fotoprotectores existentes en el mercado y que cumplen la actual normativa vigente sobre cosméticos

Para calcular el FPS, se valora la dosis mínima de radiación ultravioleta que produce la primera reacción eritemática (enrojecimiento), perceptible en la piel humana, es decir, la mínima dosis eritemática (MED).

FPS = MED con protección / MED sin protección

Los datos que se obtienen y que figuran en los etiquetados no tienen en cuenta otros factores como la transpiración, la incorrecta aplicación del producto, la intensidad de las radiaciones y el lugar de exposición al sol.

Las tendencias actuales clasifican los productos en varios tipos y categorías, en función del FPS
  • Fotoprotector bajo: FPS 2-4-6
  • Fotoprotector medio: FPS 8-10-12
  • Fotoprotector alto: FPS 15-20-25
  • Fotoprotector muy alto: 30-40-50
  • Fotoprotector ultra: 50+
El tipo de fotoprotector a utilizar va a depender del fototipo de cada piel. En general, existen los siguientes fototipos:
  • Fototipo I: corresponde a las personas con piel muy blanca, ojos azules y pecas. Quienes tengan este fototipo deberán utilizar un FPS 50+, ya que este tipo de piel requiere una fotoprotección muy alta.
  • Fototipo II: es el que tienen las personas de piel clara, ojos azules o claros, y pelo rubio o pelirrojo. Para ellos el fototipo variará entre 40 y 50, su protección ha de ser alta.
  • Fototipo III: las personas cuya piel es blanca, ojos y pelo claros. El FPs ha de ser como mínimo entre 30 y 40, ya que este tipo de pieles tienden a quemarse con facilidad.
  • Fototipo IV: su piel, sus ojos y su pelo son marrones. Este tipo de piel se quema moderadamente y se pigmenta con facilidad. Su FPS podría ser entre 20 y 25.
  • Fototipo V: este fototipo corresponde a las personas con piel morena. Se pigmentan con facilidad y deberían utilizar un FPS de 15.
  • Fototipo VI: son personas con piel, ojos y pelo oscuros. Si bien el FPS que deben utilizar es más moderado, también necesitan proteger su piel. Para ellos, lo indicado sería un FPS de 8-10. 

Aunque no hay una regla absoluta para escoger un índice de protección apropiado, hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • En la primera exposición no utilizar nunca un FPS menor de 15.
  • Aumentar el FPS en pieles claras, especialmente en fototipos 1 y 2, en niños, en deportes acuáticos y de montaña, en embarazadas u otros grupos de riesgo frente al sol, en días de alta intensidad solar o en tiempos prolongados de exposición.

miércoles, 2 de julio de 2014

Qué debe llevar mi hijo a un campamento de verano

El curso escolar ha finalizado y muchos padres se encuentran ante una situación muy frecuente en esta época del año. “¿Qué hacemos con los niños?”. El actual ritmo de via hace muy complicada la conciliación familiar y laboral. Por ello muchos padres deben recurrir a los campamentos de verano con el fin de que sus hijos estén bien atendidos hasta que sean los propios padres, con sus vacaciones, los que puedan ocuparse de ellos.



A la hora de hacer las maletas para que nuestros hijos vayan a los campamentos, surgen un millón de dudas sobre qué deben llevar. Esta situación se puede ver agravada en el caso de niños que requieran cuidados especiales (alergias alimentarias, asma, diabetes, etc. ).

En la maleta de nuestros hijos debe ir ropa cómoda, nunca ropa a estrenar porque les puede provocar rozaduras y escoceduras. El calzado también debe ser lo más cómodo posible. En caso de campamentos de montaña deben llevar además unas botas que les sujeten los tobillos. Los calcetines han de ser de algodón y sin costuras, para evitar la formación de ampollas y heridas en los pies. Por supuesto no deben olvidarse del cepillo de dientes y dentífrico. Existen sets de viaje con un cepillo y pasta de dientes en formato pequeño para que no abulte ni les pese en la mochila.

No es recomendable que lleven teléfonos móviles (en los campamentos hay teléfonos para poder estar en contacto directo con los monitores y con nuestros hijos), ni consolas o juegos electrónicos, ya que estos aparatos favorecen el aislamiento y el campamento es para todo lo contrario, para convivir e intercambiar experiencias.

Todos los campamentos deben contar con un botiquín de primeros auxilios y con un servicio médico capaz de actuar en cualquier situación que se les presente. Es muy importante tener a mano los teléfonos de los servicios de emergencia así como de los centros de salud u hospitales más próximos al campamento.


Los niños deben llevar consigo toda la documentación sanitaria necesaria, es decir, las tarjetas sanitarias y cartillas de vacunación. También sería recomendable que, sobre todo en el caso de niños que requieran de una atención más especializada, tengan a mano el teléfono de su pediatra habitual con el fin de poder consultarles cualquier duda que surja en cada momento.

Botiquín para pequeños trastornos
  • En caso de diarrea o vómitos, solución oral de rehidratación.
  • Contra las picaduras de insectos, deben llevar repelente de insectos, solución analgésica de amoníaco y crema antiinflamatoria.
  • Crema para evitar escoceduras y rozaduras.
  • Para protegerse del sol, crema y labial de protección solar específicos para niños, y una emulsión para después del sol.
  • Contra la fiebre y pequeños resfriados, soluciones de paracetamol o ibuprofeno.
  • Para el mareo, pastillas, jarabes y chicles antimareo.
  • Para la higiene nasal y ocular, agua de mar esterilizada y suero fisiológico en monodosis.


En caso de accidentes
  • Gasas, esparadrapo, tiritas, vendas, apósitos estériles y una solución antiséptica (agua oxigenada, povidona yodada, mercurocromo o clorhexidina).
  • Tijeras, pinzas, termómetro, guantes desechables y alcohol para limpiar el instrumental.