En verano es muy frecuente que nos salgan pequeños sarpullidos o eczemas que si bien no revisten gravedad (al menos al principio), sí son muy molestos y nos pueden hacer pasar malos ratos. Los eczemas en verano son una de las principales consultas de mostrador en la farmacia. Algunos tienen una causa muy clara (picadura de medusa o de insectos) y otros no tanta (sarpullidos por el roce o por el calor).
Un
sarpullido es una afección de la piel que se presenta irritada o inflamada. La zona afectada se presenta enrojecida, hinchada, con prurito o picazón, con escamas, costras o ampollas. Algunos sarpullidos se desarrollan inmediatamente, otros se forman en el transcurso de varios días. En el caso de que nos rasquemos, su curación se alargará en el tiempo.
A continuación vamos a pasar a relatar los principales sarpullidos en verano, sus causas y cómo tratarlos. Empezaremos por aquellos que tienen una causa bien localizada:
1. Picadura de medusa: la presencia medusas en nuestras costas en verano es un componente básico en nuestras vacaciones. En todas nuestras playas, en la información expuesta sobre la calidad del agua de baño, siempre se nos informa de si ese día hay un mayor o menor número de las mismas. Debemos estar muy atentos a esta información para evitar bañarnos en caso de que el número de medusas ese día sea elevado.
Los síntomas más característicos tras una picadura de medusa son dolor, ardor, inflamación, enrojecimiento y sangrado. Cuando una medusa nos ha picado, la sensación de dolor y picor son inmediatos.
El tratamiento a aplicar empieza con un lavado de la zona con suero fisiológico, en caso de no tener suero a mano, puede resultar útil el agua de mar. Aplicar frío durante al menos 15 minutos, pero sin aplicar el hielo de forma directa sobre la picadura, es mejor utilizar paños fríos o bolsas de gel frío. En caso de que queden restos de tentáculo de la medusa, estos se deben retirar con pinzas, no utilizar nunca las manos descubiertas. Como tratamiento farmacológico aplicaremos un antihistamínico para reducir el picor, y un analgésico para el dolor. En caso de que los síntomas no remitan se deberá acudir al médico.
2. Picadura por ortiga: una de las plantas más frecuentes en nuestros campos es la Ortiga, una planta caracterizada por tener unos pelos urticantes que liberan una sustancia ácida que produce escozor o inflamación en la piel. El sarpullido por ortiga aparece de forma casi inmediata tras entrar en contacto la piel con estos pelos urticantes. Tras este roce, si nos rascamos, provocaremos una reacción inmediata caracterizada por sarpullido, enrojecimiento, calor y picor. Por norma general, no reviste mayor gravedad.
El tratamiento a seguir en estos casos consiste en lavar la zona con suero fisiológico, aplicar frío local (nunca hielo de forma directa en la herida) y posteriormente una crema antihistamínica o con corticoides para reducir la inflamación y el picor. Si la lesión no mejora, se debe acudir al médico de forma inmediata, por si el paciente presentara algún tipo de sensibilidad o alergia a este tipo de plantas.
3. Escocedura o sarpullido por roce: en verano es muy frecuente que caminemos más ligeros de ropa. Además con el baño nuestra piel se encuentra en un estado de humedad un elevado número de horas. Esto hace que nuestra piel roce de manera mayor, sobre todo en la zona de los muslos, provocando que puedan aparecer pequeños granitos (escodedura) que pican y pueden ser un poco molestos.
Lo mejor en estos casos es prevenir su aparición. Debemos utilizar ropas ligeras que eviten el roce directo piel con piel. Es conveniente mantener esa zona lo más seca posible. Tras el baño debemos secar, sin frotar, las zonas más afectadas evitando así que el roce sea mayor. Una correcta hidratación de la piel también ayuda a prevenir su aparición.
El tratamiento más habitual para este tipo de sarpullidos requiere en primar lugar una buena limpieza de la zona. Se debe secar con una toalla limpia, sin frotar ni arrastrar, sino que debemos dar pequeños golpecitos en la piel hasta que quede completamente seca. A continuación se debe aplicar una crema que contenga ingredientes que contribuyan a secar la zona, como por ejemplo el Óxido de Zinc. Estas cremas se parecen mucho a las utilizadas para el cambio de pañal en los bebés. Siguiendo estas pautas, el sarpullido debería remitir pasado un cierto tiempo. En caso de persistir o de agravamiento, se debe acudir al médico.
4. Sarpullido por calor: este tipo de sarpullidos es una irritación de la piel ocasionada por el sudor excesivo en un clima caliente y húmedo. Aunque es común en los bebés, también puede aparecer en los adultos. Se produce cuando los conductos de sudor se bloquean, con lo que la piel no transpira quedando el sudor atrapado. Tiene el aspecto de un conjunto de granitos enrojecidos o de pequeñas ampollas. Las zonas más afectadas suelen ser el cuello, la parte superior del pecho, la ingle, debajo de los senos y en los pliegues de los codos.
El tratamiento para este tipo de sarpullidos es bien sencillo. La piel debe estar lo más fresca posible. Tras el baño y el secado (siempre a pequeños golpes, nunca frotando), es conveniente una correcta hidratación que mantenga nuestros poros limpios y abiertos. El sarpullido suele desaparecer tras remitir el calor en la piel, por eso es conveniente mantenerse en un ambiente fresco y seco. No obstante, en caso de no remisión, se deberá acudir al médico para que valore la situación.