Comienza marzo, el mes de las flores y de la primavera.
Un mes en el que, poco a poco, nos vamos quitando la coraza del invierno para
dejar paso a los tenues rayos de sol que van apareciendo por el horizonte. Una
época de renovación, de transformación y de crecimiento.
Pero la llegada de la primavera
no siempre es sinónimo de gozo y alegría. En muchas ocasiones, cuando llega
esta época del año, nos sentimos sin
fuerzas, decaídos, nuestro
cuerpo no responde a nuestras expectativas. ¿Por qué ocurre esto? Sencillo,
padecemos un fenómeno de adaptación en nuestro cuerpo que se conoce con el
nombre de Astenia Primaveral.
La Astenia Primaveral es un estado caracterizado por una sensación
generalizada de cansancio, fatiga, debilidad física y mental. Tiene una mayor
incidencia entre las personas con edades comprendidas entre los 20 y los 50 años, afectando de forma más generalizada en las mujeres.
Otros síntomas que pueden aparecer en la astenia primaveral son dolor de
cabeza, malestar general, irritabilidad, dificultad de concentración,
trastornos de la memoria y del sueño, aparición de erosiones en los labios,
dolores musculares, mayor caída del cabello, pérdida del apetito y bajo tono
vital.
¿Qué causa la astenia primaveral? El origen de la Astenia Primaveral no está
muy claro, aunque parece tener relación con los cambios que se producen en el
sistema nervioso que se manifiestan con la llegada del buen tiempo. El aumento
de la temperatura, un mayor número de horas de sol, el cambio horario, entre
otros, alteran de forma importante nuestro organismo. Nuestro ritmo biológico
se ve claramente alterado debiendo adaptarse a la nueva situación.
¿Cuál es el tratamiento para la astenia primaveral? Salvo complicaciones mayores,
no se requiere ningún tipo de tratamiento farmacológico para la astenia
primaveral. Este síndrome va desapareciendo a medida que nuestro cuerpo se va
adaptando a la nueva situación. Este proceso puede durar unos días, o incluso
semanas.
Lo que sí podemos hacer es
ayudar a nuestro cuerpo a que esa adaptación sea más llevadera. Como en muchas
ocasiones, la prevención es la clave.
Siguiendo unas pequeñas recomendaciones, haremos que la llegada de la primavera
sea sinónimo de alegría y no tristeza. Estas son las recomendaciones a seguir:
- Seguir una dieta equilibrada.
- Mantener un horario de comidas.
- Cuidar nuestro descanso.
- Mantenernos en buena forma física.
- Evitar el consumo de estimulantes.
- Incrementar la ingesta de agua.
- Realizar varios periodos de reposo al cabo del día.
- Disfrutar del aire libre.
- Practicar técnicas de relajación.
- Mantener siempre una actitud positiva.
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