martes, 2 de septiembre de 2014

Evitando el síndrome post vacacional

Acabamos de decir adiós al mes de Agosto y hola al mes de Septiembre. Esto, básicamente, se traduce en el fin de las vacaciones y en la vuelta a la rutina. Vuelven los madrugones, las prisas, las largas jornadas en la oficina, las comidas a la carrera... En fin, vuelta al estrés. Para nuestro organismo esto va a suponer un gran choque y podemos llegar a sufrir el llamado "síndrome post vacacional".

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Después de un periodo de laxitud como ha sido el periodo estival, nuestro cuerpo se ha habituado a un ritmo que nada tiene que ver con el que le espera a la vuelta de las vacaciones. Durante el verano nos hemos olvidado del reloj, de los horarios estrictos y de la rutina en general. Nos hemos levantado sin despertador, las comidas han sido relajadas y las jornadas estivales han sido muy relajadas en general. Nuestro cuerpo se ha habituado a ese ritmo, incluso le ha gustado más que el ritmo estresante que llevamos el resto del año. Por eso, la vuelta a la normalidad se nos puede hacer un poco cuesta arriba.

Es importante que habituemos a nuestro organismo poco a poco a este nuevo ritmo. Ante todo, debemos aplicar el sentido común. No podemos pretender pasar de la noche a la mañana de un ritmo de vida a otro. Si lo hacemos de esa manera, tened bien seguro que nos pasará factura. 

Como no queremos que esto os suceda, hoy os queremos traer una serie de consejos para poder ayudar a nuestro cuerpo a habituarse al nuevo ritmo de vida que nos toca tener. Estos consejos son:

1. Adelantarnos al cambio: sabemos que este cambio va a ser duro, por eso no debemos hacerlo de golpe. Debemos habituarnos poco a poco. Es conveniente que los días previos a la vuelta al trabajo intentemos levantarnos cada día un poco más temprano, con la ayuda del despertador para irnos acostumbrando. También es bueno ir adelantando la hora de acostarnos, para no hacerlo de golpe el último día. Y por último, nuestro horario de comidas también debe verse modificado. Poco a poco lo iremos adecuando al horario que tendremos en la oficina. 

2. Mantener una actitud positiva: el fin de las vacaciones no tiene por qué ser un drama. Todo lo contrario. Debemos verlo como el comienzo de una nueva época en la que nos vamos a enfrentar a nuevos retos e ilusiones. Ponernos metas para realizar durante el año que se nos avecina puede ser muy estimulante y positivo para nuestra mente. Ante todo, actitud positiva.

3. Conseguir el equilibrio: es cierto que en vacaciones aprovechamos para hacer muchas actividades que no podemos realizar durante el resto del año. Se podría decir que nuestra actividad estival es totalmente opuesta a nuestra actividad diaria. Esto no tiene por qué ser así. Debemos buscar actividades y hobbies que podamos hacer durante el resto del año. Practicar algún deporte, aprender idiomas, hacer ese curso de cocina que tanto nos apetece... Mantenernos activos para que nuestro día a día no consista sólo en ir a trabajar.

4. Saber adaptarse: como ya hemos comentado anteriormente, este cambio no debe hacerse de forma radical. Tenemos que ir pasito a pasito hasta alcanzar nuestra nueva rutina. Así nuestro cuerpo no sufrirá tanto el cambio.

5. Momentos de ocio: no todo van a ser obligaciones. Debemos aprender a desconectar de la rutina de vez en cuando. Si entre semana nos es complicado, podemos aprovechar los fines de semana para llevarlo a cabo. Salir con los amigos, actividades al aire libre, ir al cine, cualquier actividad que nos haga mantenernos desconectados del trabajo. Es importante que si quedamos con compañeros de la oficina para salir, intentar mantener el tema del trabajo fuera de nuestras conversaciones. 

6. Saber descansar: en muchas ocasiones la rutina va asociada al estrés. Nos imponemos un ritmo que a nuestro cuerpo le cuesta digerir. Es muy importante que le dejemos descansar. Debemos cuidar nuestro ritmo de sueño e intentar no alterarlo demasiado. Un buen sueño reparador es la mejor medicina para afrontar el día a día.

Si a pesar de estos consejos, notamos que a nuestro cuerpo le cuesta arrancar, podemos ayudarle con algún complemento externo. Existen complementos alimenticios a base de vitaminas, jalea real, ginseng, que nos pueden proporcionar esa pequeña ración extra de energía que nuestro cuerpo necesita. 

La Jalea Real es un gran aliado en la adaptación de nuestro cuerpo en la vuelta a la rutina. Nos ayuda a recuperar la energía perdida y a afrontar con fuerzas renovadas esa vuelta a la normalidad. Entre sus múltiples propiedades se encuentran la de ser estimulante del sistema nervioso central, mejorar la oxigenación del cerebro, aumentar la resistencia al frío y a la fatiga, al igual que mejorar los estados de ánimo. Los Laboratorios Arkopharma nos ofrecen una amplia gama de productos con Jalea Real, según nuestras necesidades.

Imagen Arkopharma


Si observamos que todos estos consejos y ayudas no son suficientes y que nuestro cuerpo no responde como debería hacerlo, debemos acudir al especialista médico para que valore nuestra situación. 

1 comentario:

  1. Muy buenos consejos, pero la verdad que nunca creí mucho en el sindrome post vacacion, algunos se aprovechan y exageran, aunque está probado que existe no? Saludos!

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