Una de los problemas más
demandados en la Oficina de Farmacia tiene como protagonistas a unos pequeños
seres bastante desagradables, los piojos.
La pediculosis es una afección
cutánea producida por la infestación por un piojo, localizada fundamentalmente
en el cuero cabelludo.
Los piojos se convierten, cada
año, en los grandes protagonistas. Hace unos años su incidencia se daba en el
comienzo del curso escolar. Hoy en día, están todo el año presentes. ¿Y por qué ocurre esto? Pues porque
sigue siendo un caso tabú, nos avergüenza hablar de ello y decir que nuestros
niños tienen “pipis”. Se sigue relacionando la presencia de piojos con una
falta de higiene, con ser un paria social. Por más que, desde la farmacia, se
explica que tener piojos es, por desgracia, algo muy frecuente hoy en día.
Cuando los piojos hacen su
aparición, hay que tratarlos de forma
eficaz. Los pediculicidas
tradicionales (lociones anti piojos) contienen permetrina, malatión y
fenotrina. Su uso ha sido muy amplio y esto ha llevado a la aparición de focos
de resistencia. Por eso cada vez son menos recomendables.
Los nuevos pediculicidas ya no contienen insecticidas químicos.
Contienen dimeticona y ciclometicona, unos derivados de la silicona. Actúan
ahogando al piojo y evitando su reproducción. No son tóxicos para quién lo
utiliza y no dañan el cuero cabelludo. Para lograr una eficacia completa es
necesario seguir muy bien las instrucciones de uso y no olvidarnos de repetir
el tratamiento a los 7 días, logrando así que todos los piojos y liendres
desaparezcan del cabello.
Junto con el tratamiento químico
para eliminar los piojos, se hace necesario un tratamiento mecánico para favorecer la eliminación de piojos. En
las farmacias podéis encontrar liendreras. Las liendreras son unos peines con unas púas metálicas largas y muy
juntas. Al pasar el cuero cabelludo entre estas púas los piojos son arrastrados
y eliminados del pelo. Es conveniente que el uso de la liendrera sea a diario,
y no sólo el día que se aplica el tratamiento químico. Debemos hacer más
hincapié en las zonas de la nuca y detrás de las orejas. Estas zonas de la
cabeza son las que más calor recogen, y son el lugar ideal para que se asienten
los piojos.
La prevención en el tema piojos es un poco contradictoria. Lo ideal es que todos los
niños acudan a las clases con la cabeza bien limpia. Esto no es tan fácil como
parece, ya que las liendres son muy pequeñas y pueden pasar desapercibidas. En
los últimos tiempos se ha visto que el Aceite
del Árbol del Té parece tener ciertas propiedades repelentes para los
piojos. Esta planta parece tener propiedades antisépticas, antifúngicas,
antibacterianas y cicatrizantes. Se deben aplicar unas gotas de este aceite,
bien en el champú con el que lavamos la cabeza de los niños, o bien en el
suavizante utilizado después. Lo dejamos actuar unos minutos y aclaramos con
bastante agua.
La eliminación de los piojos es muy pesada. Debemos ser muy constantes con
los tratamientos y no relajarnos. Lo ideal para no sufrir a los temidos piojos,
es evitar su contagio. Para ello hemos de educar a nuestros hijos en esta problemática
indicando la importancia del contagio. Se debe evitar el contacto directo entre
las cabezas de los niños y decirles que no compartan peines o cepillos,
pañuelos y gorros. En el caso de las niñas es aconsejable que lleven el pelo
recogido con coletas y trenzas.
No debemos avergonzarnos si nuestros hijos tienen piojos. Es un problema
muy frecuente en los niños de edad escolar. La información se vuelve muy
necesaria para combatir esta situación.
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