lunes, 2 de diciembre de 2013

Una boca sana, una boca bella

Nos encontramos a las puertas de la Navidad. Una época de reuniones, comidas, reencuentros con amigos y familiares, salidas y venidas Y en todas ellas queremos lucir con un aspecto saludable y, por qué no decirlo, con una belleza extra. Para ello, cuidamos con detalle nuestro aspecto (piel, cabello, uñas). Sin embargo, hay un aspecto que dejamos de lado y, en muchas ocasiones, no le damos el cuidado necesario. Nuestra boca es el portal de nuestra imagen. Una boca sana es una boca bella. Es el complemento perfecto para dar una imagen resplandeciente. Es por ello por lo que os vamos a recordar unos aspectos básicos para lograr una sonrisa perfecta. Lograr una boca sana no se limita a cepillarse los dientes 2 veces al día. Nuestra boca es mucho más compleja que todo esto. Requiere unos cuidados específicos que pasamos a relataros con más detalle.
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El farmacéutico, como profesional sanitario que es, conoce todas las patologías y problemas de salud relacionados con la boca. Enfermedades como la gingivitis, periodontitis, sensibilidad dental o halitosis, requieren de unos cuidados que van más allá del mero cepillado de los dientes. En la farmacia existen tratamientos específicos (pastas dentales y colutorios) que ayudan a mejorar estas patologías. Tu farmacéutico te puede asesorar en función de tus requerimientos.

Para un cuidado general de tu boca, estos son los pasos a seguir y conseguir así que nuestra sonrisa nos haga brillar con luz propia:

  1. El cepillado: cepillarse los dientes después de cada comida es esencial para mantener una higiene bucal adecuada. Pero tanto más importante es que este cepillado se haga de forma correcta. Una técnica que logra una alta eficacia es la Técnica de Bass. Esta técnica consiste en inclinar el cepillo 45º grados entre diente y encía, de manera que los filamentos estén en contacto con el margen encía-diente y abarquen dos o tres dientes. Conviene hacer movimientos muy pequeños de vibración o circulares con el mango sin presión y sin que los filamentos se lleguen a desplazar de su posición en la encía. En los dientes anteriores, por la cara lingual, se debe realizar con el cepillo colocado verticalmente. El cepillado debe durar unos 3-4 minutos en caso de un cepillo manual, y 2-3 minutos si se trata de un cepillo electrico.
  2. Tipo de cepillo: las cerdas del cepillo van a estar en contacto directo con el esmalte de nuestros dientes. La técnica de cepillado puede resultar abrasiva para nuestros dientes si no se realiza adecuadamente. El cabezal de nuestro cepillo no debe ser muy grande, y los filamentos han de ser medios o suaves, con el fin de adaptarse major a la anatomía dental. Si se trata de un cepillo electrico, debemos recordar que ya tiene movimiento, por lo que deberemos ir cambiando de superficie muy lentamente. El cepillo se debe renovar aproximadamente cada 2 o 4 meses, en función del desgaste.
  3. Limpieza entre los dientes: para limpiar los espacios interproximales utilizaremos las sedas o las cintas dentales, y en caso de espacios grandes utilizaremos los cepillos interproximales. Es muy importante que no olvidemos limpiar estas zonas ya que representan el 40% de la superficie dental.
  4. Limpieza lingual: la lengua es la gran olvidada en la higiene bucal. Un error grave por nuestra parte ya que en ella se quedan restos de comida, células descamadas, mucosidades, bacterias, etc, lo que puede provocar aparición de malos olores y problemas de salud. Para eliminar estos restos, contamos con los limpiadores linguales que van a arrastrar estos elementos, contribuyendo así a su eliminación.
  5. Irrigadores bucales: son el complemento ideal a una higiene bucal completa. La aplicación directa de un chorro de agua o de un colutorio bucal ayuda a la eliminación de las bacterias que se encuentran en los dientes, las encías y aquellos lugares de difícil acceso.
  6. Enjuagues bucales: tras el cepillado debemos enjuagarnos la boca con un colutorio específico a nuestras necesidades, con el fin de lograr una limpieza optima de nuestra cavidad bucal. Además de contribuir a la eliminación de las bacterias, nos proporcionan una gran sensación de frescor y buen aliento. El enjuagado debe durar unos 20 segundos.

  7. Control del consumo de alimentos ricos en azúcares: es sabido que el azúcar es el sustrato ideal para el crecimiento y desarrollo de las bacterias existentes en la cavidad bucal. Es por ello por lo que, tras la ingesta de este tipo de alimentos, deberemos limpiarnos la boca adecuadamente.
  8. Visitas regulares al dentista: debemos realizar una revisión general de nuestra boca, al menos dos veces al año. Y siempre que notemos algún problema en nuestra dentadura (sangrado de encías, caries, sensibilidad dental). 
Con estos consejos y constancia, lograrás que tu sonrisa sea tu mejor carta de presentación.

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